Plan Piloto de Emprendedurismo: Construyendo mi negocio: 2016

Otros aspectos a tener en cuenta del perfil emprendedor:

Autoconfianza: es la capacidad de creer en sí mismo, y en la posibilidad de conseguir sus metas personales. La persona emprendedora debe tomar decisiones, sin miedo y confiando en sí misma, aunque puedan ser erróneas o el resultado no sea el esperado. También debe ser capaz de transmitirla esa seguridad a los demás.
Orientación al logro: es la persistencia para conseguir metas y objetivos personales de forma correcta, en este caso, emprender un negocio. Además, se requiere voluntad para finalizar correctamente las tareas, al igual que energía vital y entusiasmo.
Asumir de riesgos: Supone una predisposición a no evitar situaciones que impliquen incertidumbre o riesgo potencial, pero éstos deben ser calculados. El proceso de creación de una empresa no se debe dar de manera aleatoria, el emprendedor debe haber analizado varios factores para no asumir riesgos innecesarios.
Expectativa de control: Se relaciona con la capacidad de la persona para asumir la responsabilidad de sus propias acciones y no culpar a otras personas o circunstancias.
Tolerancia a la frustración: Capacidad de persistir en la conducta encaminada para obtener un resultado, a pesar de las dificultades, retrasos o imprevistos que hayan de enfrentarse y lo pueden llevar al desengaño y al fracaso. Es normal que no todo salga bien a la primera y tropezar varias veces, pero es necesario saber afrontar los obstáculos que se pueden interponer en el camino y perseverar.
Orientación comercial: Tiene que ver con la preferencia por las relaciones interpersonales laborales, negociación y venta, o sea, la capacidad de comunicación y de obtención de la información adecuada para lograr los objetivos trazados, o generar relaciones de colaboración.
Presión constante: es diaria, alta y constante, ya que es su proyecto de vida y si fracasa, estará en serios problemas; por ello, el emprendedor debe aprender a manejarla con calma para no dejarse afectar por las condiciones adversas que se le presenten, tanto en la vida personal como profesional. Si bien es cierto, un negocio puede representar la solución de muchos sus problemas económicos y laborales, también se puede convertir en una presión y generar estrés a veces difícil de sobrellevar…debido a la responsabilidad que conlleva las decisiones que tome: darán como resultado consecuencias negativas o positivas que afectan a todos los involucrados (de una u otra manera).
Vida personal: Se ve afectada directamente, por cuanto el negocio absorbe casi un 100 % de su tiempo; lo que hace necesario tener conciencia de ello antes de dedicarse a un proyecto. Un ejemplo de ello, es que debe romper la regla de no llevarse el trabajo para la casa o para sus vacaciones, lo que hará muy difícil lograr un equilibrio entre la vida profesional y personal o familiar, por ello es importante contar con el apoyo de su familia y amigos.
No cuenta con una red de seguridad: Si una persona inicia un proyecto no cuenta con la seguridad y estabilidad que ofrece trabajar para una empresa ya sea pública o privada, donde a mucho lo despiden y luego consigue trabajo en otro lado. La única red de seguridad que puede construir un emprendedor, es tener varios proyectos de emprendimiento, de modo que si uno fracasa, los otros le respaldarán. Sin embargo, la gran mayoría de emprendedores, tienen un solo proyecto. Este riesgo no significa que no se deba emprender ya que ayuda a la innovación y enfrentar la competencia. Significa que se debe planear, y prever el riesgo, mantenerlo controlado. Lo malo es improvisar, hacer algo para lo que no estamos preparados.
Temor al fracaso: Es una de las principales barreras que nos impide iniciar un proyecto de emprendimiento, pero para un verdadero emprendedor el fracaso debe representar una oportunidad para mejorar y volver a empezar.
La competencia: Es inherente a toda actividad que el ser humano desarrolle, por ello, le debemos prestar atención, ya que, nos puede ofrecer información sobre cómo se deben hacer las cosas y lo más importante, cómo no se deben hacer. Para ello, se requiere invertir tiempo, prestar atención a las señales y de esa forma, representará el mejor objeto de estudio para entender el mercado, el cliente, el mismo producto o servicio. De hecho, cuando se inicia un estudio de factibilidad de cualquier proyecto, uno de los primeros aspectos objeto de estudio, es precisamente la competencia. Muchos emprendedores se abruman cuando su proyecto debe enfrentase a una competencia feroz, lo cual, en vez de ser negativo, es muy positivo, significa que está haciendo las cosas muy bien.
Ser el todero de la empresa: El emprendedor, entendido como aquel soñador que cuanta sólo con una buena idea, muchas ilusiones, deseo de trabajar pero con poco dinero, tendrá que valerse por sí mismo en muchas situaciones, puesto que cuando apenas se inicia un proyecto, difícilmente el emprendedor se puede dar el lujo de pagar empleados prescindibles en tiempos difíciles, como la señora del aseo, el mensajero y el plomero; por lo que el emprendedor tendrá que ocuparse de esos asuntos. La buena vida sólo se logra después de haber afianzado y consolidado el proyecto, mientras tanto el esfuerzo y el sacrificio serán el común denominador, pero claro, todo eso vale la pena cuando llega el momento de saborear el resultado de tanto trabajo.
El costo de su trabajo: Es común encontrar que los emprendedores, a la hora de realizar los estudios financieros sobre su proyecto, no toman en cuenta el valor de su trabajo, pues el dinero no alcanza o prefiere reinvertirlo…ello da como resultado que al costear un proyecto, el resultado financiero no será confiable (medir correctamente la viabilidad y la rentabilidad), y por consiguiente puede inducir a error en la toma de decisiones, algo que un proyecto sin consolidar no se puede permitir. No se trata de colocarse un sueldo elevado por su trabajo es darle un valor razonable (lo que se le pagaría a un tercero).